Publicado por adminblog2 en diciembre 17, 2014  |Comments 0 comentarios

DÍ ¡SÍ! A LA ACTIVIDAD FÍSICA

Beneficios de la Práctica de Actividad Física

más años en su vida y más vida en sus años” (Dr. K. H. Cooper).

danza_80px            Y es que la practica regular, sistemática y moderada de actividad física (no se considera así a la actividad propia de muchos trabajos laborales) en cualquier edad y cualquier condición, tiene unos beneficios para la salud los cuales superan a los fármacos, especialmente en la prevención.

Os muestro unos cuantos beneficios que se consiguen a través de la práctica de AF para que, después de leerlos, penséis si merece o no la pena continuar o comenzar a “mover el cuerpo”.

– Disminuye el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares en general y en especial de mortalidad por cardiopatía isquémica en grado similar al de otros factores de riesgo como el tabaquismo.

– Previene y/o retrasa el desarrollo de hipertensión arterial, y disminuye los valores de tensión arterial en hipertensos.

– Mejora el perfil de los lípidos en sangre (reduce los triglicéridos y aumenta el colesterol HDL).

– Mejora la regulación de la glucemia y disminuye el riesgo de padecer diabetes no insulin dependiente.

– Mejora la digestión y la regularidad del ritmo intestinal.

– Disminuye el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, como el de colon, uno de los más frecuentes y sobre el que al parecer existe mayor evidencia.

– Incrementa la utilización de la grasa corporal y mejora el control del peso.

– Ayuda a mantener y mejorar la fuerza y la resistencia muscular, incrementando la capacidad funcional para realizar otras actividades físicas de la vida diaria.

– Ayuda a mantener la estructura y función de las articulaciones. La actividad física de intensidad moderada, como la recomendada con el fin de obtener
beneficios para la salud, no produce daño articular y por el contrario puede ser beneficiosa para la artrosis.

– La actividad física y de forma especial aquella en la que se soporta peso, es esencial para el desarrollo normal del hueso durante la infancia y para alcanzar y mantener el pico de masa ósea en adultos jóvenes.

– Ayuda a conciliar y mejorar la calidad del sueño.

– Mejora la imagen personal.

– Favorece la socialización entre sujetos de diferente sexo y/o edad.

– Ayuda a liberar tensiones y mejora el manejo del estrés.

– Ayuda a combatir y mejorar los síntomas de la ansiedad y la depresión, y aumenta el entusiasmo y el optimismo.

– Ayuda a establecer unos hábitos de vida cardiosaludables en los niños/as y combatir los factores (obesidad, hipertensión, hipercolesterolemia, etc.) que favorecen el desarrollo de enfermedades cardiovasculares en la edad adulta.

– En adultos de edad avanzada, disminuye el riesgo de caídas, ayuda a retrasar o prevenir las enfermedades crónicas y aquellas asociadas con el envejecimiento. De esta forma mejora su calidad de vida y aumenta su capacidad para vivir de forma independiente.

– Ayuda a controlar y mejorar la sintomatología y el pronóstico en numerosas enfermedades crónicas (cardiopatía isquémica, hipertensión arterial, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, Obesidad, Diabetes, Osteoporosis, etc.)

– Disminuye la mortalidad tanto en adultos jóvenes como en los de mayor edad, siendo incluso menor en aquellos que tan sólo mantienen un nivel de actividad física moderado que en los menos activos o sedentarios.

– Previene la osteoporosis y enlentece la degeneración ósea, debido a que el ejercicio físico hace incrementar la absorción de minerales por parte del hueso.

– Mejora notablemente el sistema inmunológico, haciendo organismos más resistentes (las mujeres embarazadas que practican deporte durante la gestación, se ha comprobado que sus bebés salen más sanos y tienen disminuido el riesgo de coger enfriamientos en edades tempranas).

– Por último, todos estos beneficios tendrán una repercusión final en la reducción del gasto sanitario. Este es un argumento de peso para que tanto las administraciones públicas como privadas apoyen la promoción de la actividad física.

Después de leer esto yo digo ¡sí, practico! ¿Qué dices tú?

Raquel Val. Profesora de EF Aurelio Menéndez

 

BIBLIOGRAFÍA REFENCIAL:

Dra.Nieves Palacios 
Especialista en Endocrinología y Nutrición y en Medicina de la Educación Física y Deporte
Jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Centro de Medicina del Deporte. Madrid

Dr.Luis Serratosa
Especialista en Medicina de la Educación física y del Deporte
Médico adjunto del Servicio de Cardiología del Centro de Medicina del Deporte. Madrid

Aportaciones de Raquel Val

Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.

Especialista en rama Biosanitaria y en Entrenamiento Deportivo por la Universidad de Zaragoza; la Universidad Europea de Madrid y la Universidad de Córdoba (Argentina).

Profesora de Educación Física del CPEB Aurelio Menéndez (Ibias). Asturias.

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